La terapia psicoanalítica se basa en un profundo respeto por la subjetividad de cada individuo, centrándose en escuchar a cada persona de manera única y singular. En este enfoque, se evita ofrecer consejos o pautas generales, ya que se entiende que cada individuo es diferente y requiere un abordaje personalizado. El psicoanalista se abstiene de dar consejos, enfocándose en hacer consciente para el paciente lo que está diciendo sin escuchar su propia voz interior y lo que realmente desea.El objetivo último de la terapia psicoanalítica es permitir que cada paciente alcance la mayor libertad posible de manera auténtica y genuina. Para lograr esto, es necesario despejar el camino de los síntomas que suelen obstaculizar el desarrollo personal. Aunque los síntomas pueden ser inicialmente aliviados a través de la relación terapéutica, también pueden transformarse en otros síntomas o regresar de manera más intensa. Por esta razón, el terapeuta psicoanalítico es paciente y cuidadoso, reconociendo la importancia y el significado que los síntomas tienen para el individuo en su proceso de desarrollo.